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Arquidiócesis de Miami pide oraciones, se prepara para ayudar víctimas de huracán

 

Victims of Hurricane Matthew walk towards an open area where an aid helicopter landed Oct. 10 in Tiborun, Haiti. As a sign of his closeness and concern, Pope Francis sent aid money to hurricane-stricken Haiti, to be distributed through the hardest-hit dioceses to assist flood victims. (CNS photo/Bahare Khodabande, EPA)

por Ana Rodriguez-Soto

MIAMI (CNS) — Como el resto del sur de Florida, la Arquidiócesis de Miami estaba observando cuidadosamente el curso del huracán Matthew, tormenta de categoría 4 que comenzó a golpear a Haití y Cuba el 4 de octubre y se esperaba que impactara la zona de la costa del Atlántico de Florida tarde el 6 de octubre.

Lo principal en las preparaciones era la oración. El arzobispo Thomas G. Wenski de Miami le pidió a todas las parroquias del sur de Florida que en sus Misas diarias de los días subsiguientes incluyeran oraciones por los afectados.

Unos 1.5 millones de floridanos ya estaban huyendo de su estado para tomar refugio en otros lugares.

La arquidiócesis también se estaba preparando para proveer ayuda a las naciones caribeñas que Matthew azotó más fuertemente, especialmente Haití, Cuba, Jamaica y las Bahamas.

Según el diácono Richard Turcotte, principal oficial ejecutivo de Caridades Católicas, la arquidiócesis estableció comunicación con el representante en el Caribe de Servicios Católicos de Socorro (CRS), quien está estacionado en Honduras y tiene la responsabilidad de Cuba, Jamaica y Haití.

“CRS ha puesto provisiones en la República Dominicana (carpas, sets de higiene y de cocina) que pueden ser movidos a Cuba o a Jamaica de ser necesario”, dijo el diácono Turcotte al Florida Catholic, periódico de la Arquidiócesis de Miami.

Aunque la isla no recibió un impacto directo, Jamaica experimentó inundación seria causada por las bandas externas de Matthew. Haití, mientras tanto, sintió el pleno impacto de la tormenta.

Esta dejó el suroeste de Haití, la nación más pobre del Hemisferio Occidental, destrozada al arremeter contra la costa caribeña del país el 4 de octubre. Se dice que las ciudades de Les Cayes, en la costa suroeste, y Jeremie, en el noroeste, fueron impactadas particularmente fuerte por la tormenta más fuerte que ha azotado la región caribeña en una década.

Funcionarios haitianos dijeron al mediodía del 7 de octubre que por lo menos 842 personas habían muerto y que se esperaba más víctimas.

En Miami, padre Reginald Jean-Mary, pastor de la misión Notre Dame d’Haiti en Little Haiti, ha estado en comunicación con el cardenal Chibly Langlois de Haití, quien dirige la Diócesis de Les Cayes.

Después de impactar Haití y Cuba, la lenta tormenta continuó un curso en dirección norte para aporrear las Bahamas. Desde allí se dirigía hacia la costa de Florida.

“Hemos hablado con el arzobispo (Patrick) Pinder de Nassau y representantes de la Arquidiócesis de Kingston, indicándole a cada una que estamos en espera para ayudar con la recuperación posterior a la tormenta”, añadió el diácono Turcotte.

Él dijo que Caridades Católicas también se había comunicado con un mayorista de provisiones alimentarias que podía poner en planchas arroz, frijoles y aceites de cocina y estar listo para entregarlos a un transportista de carga el 7 o el 8 de octubre para llevarlos a las islas.

Respecto a Haití, la necesidad inmediata es de donaciones en efectivo para comprar agua y artículos alimentarios no perecederos, así como para ayudar en la limpieza.

Toda la ayuda de la Arquidiócesis de Miami sería canalizada a través de organizaciones eclesiásticas como Caritas Cuba; CRS, la agencia de los obispos estadounidenses para socorro y desarrollo foráneo; y Amor en Acción, grupo misionero laico que trabaja con la diócesis hermana de Port-de-Paix en la región noroeste de Haití, la más pobre de esa nación.

Teresa González, directora ejecutiva de Amor en Acción, señaló que debido a que la Iglesia Católica ya está presente en todas las naciones afectadas, sus agencias ofrecen la manera mejor y más eficaz de proveer socorro.

Eso es especialmente cierto en el noroeste de Haití, donde “no hay (organizaciones no gubernamentales), solamente la iglesia”, dijo González.

Según Matthew se acercaba al sur de Florida, la oficina de edificios y propiedades de arquidiócesis también le recordó a los pastores y a los encargados de las plantas parroquiales revisar sus planes de preparación para huracanes.

Las escuelas arquidiocesanas planeaban seguir las direcciones de las escuelas públicas de los condados Miami-Dade, Broward y Monroe sobre los cierres escolares.

La arquidiócesis también notificará a las estaciones radiales y televisivas locales sobre los cierres escolares o sus esfuerzos de socorro.

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