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Plan de cerrar centro de detención deja preguntas sin contestar para proponentes

Activists dressed in orange jumpsuits representing detainees in the U.S.-run detention center at Guantanamo Bay, Cuba,  rally in front of the White House Jan. 11 asking President Barack Obama to close the facility and release or charge the dozens of men being held there. (CNS photo/Jim Lo Scalzo, EPA)

Activists dressed in orange jumpsuits representing detainees in the U.S.-run detention center at Guantanamo Bay, Cuba, rally in front of the White House Jan. 11 asking President Barack Obama to close the facility and release or charge the dozens of men being held there. (CNS photo/Jim Lo Scalzo, EPA)

por Dennis Sadowski

WASHINGTON (CNS) — Mientras el presidente Barack Obama ofrecía un muy esperado plan de cierre del centro de detención en la Bahía de Guantánamo, Cuba, organizaciones proponentes del cierre acogieron las noticias e hicieron un llamado a terminar la política de mantener sin acusaciones los restantes detenidos.

Mantener el centro de detención abierto y mantener detenidos durante más de 14 años sin acusarlos ha sido una “mancha en nuestra democracia”, dijo el reverendo Ron Stief, director ejecutivo de Religious Campaign Against Torture.

“Aun ahora este plan estaciona muchos de ellos en alguna instalación federal en algún lugar sin atender verdaderamente el asunto fundamental de ofrecerles un juicio justo y una audiencia justa y sentenciarlos”, dijo el reverendo Stief a Catholic News Service el 23 de febrero.

Jerica Arents, organizadora de Witness Against Torture y miembro adjunto de la facultad de la universidad DePaul, dijo que el plan del presidente es en gran medida el mismo que ofreció en el 2009 después de asumir el puesto y que este no ofrece marcadores de fechas para liberar a los 91 detenidos restantes.

Entre los que continúan detenidos, 35 han sido certificados para liberación y funcionarios estadounidenses se preparan para enviarlos a países anfitriones para reasentarlos.

“No hay un plan sustancial para los otros que quedan”, dijo Arents, cuya organización incluye miembros de comunidades religiosas, entre estas el Movimiento del Trabajador Católico.

Emitiendo su plan en la Casa Blanca el 23 de febrero, Obama dijo que mantener el centro abierto va en contra de los valores estadounidenses, socava la posición estadounidense en todo el mundo y es “contraproducente a nuestra lucha contra los terroristas porque ellos lo usan como propaganda en sus esfuerzos de reclutamiento”.

El plano diseñado por el Pentágono requiere mover a los detenidos a una instalación no identificada en suelo estadounidense. Este dice que las medidas para asegurar que los hombres que todavía no han sido certificados para excarcelación se mantendrían bajo las más estrictas medidas de seguridad.

La evaluación de los restantes 56 detenidos será acelerada bajo el plan para determinar si continuar su detención es necesario, dijo Obama.

“Estoy totalmente comprometido con cerrar la instalación de detención en Guantánamo”, él dijo.

El anuncio recibió un inmediato empujón hacia atrás de los republicanos en el Congreso.

El senador John McCain, republicano de Arizona, director del Comité de Servicios Militares del Senado y durante mucho tiempo defensor del cierre del centro, criticó la propuesta como “un vago menú de opciones, un plan poco creíble para cerrar Guantánamo” y dijo que este no ofrece “una política coherente para tratar futuros presos terroristas.

El representante Mac Thornberry, republicano de Texas, director del Comité de Servicios Militares de la Cámara, se hizo eco de McCain diciendo que el plan ofrecía poco en lo específico. “Este no es sustituto del plan de detenidos que se requiere legalmente que el presidente tiene que entregarle al Congreso”, él dijo en un comunicado. “Ese plan ya está tarde”.

A pesar de sus preocupaciones, ambos directores prometieron darle a la propuesta una audiencia justa y minuciosa en sus comités respectivos.

Un comité de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos ha hecho un llamado durante mucho tiempo a que se cierre el centro de detención.

El obispo Oscar Cantú de Las Cruces, Nuevo México, director del Comité sobre Justicia y Paz Internacional de los obispos, reiteró la postura en una carta de diciembre del 2014 a Clifford M. Sloan, quien en aquel momento era enviado especial del Departamento de Estado al cierre de Guantánamo, “porque este se ha convertido en un símbolo de violaciones de los derechos humanos básicos, ya que los detenidos han sido abusados y mantenidos bajo detención indefinida sin juicio”.

El obispo Cantú estaba en Roma y no tuvo comentario inmediato sobre el plan de Obama.

En su apogeo en el 2013, Guantánamo alojaba más de 670 detenidos. Cuando Obama asumió el puesto el número se había reducido a 245 detenidos.

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