por David Agren
CIUDAD DE GUATEMALA (CNS) — La Misa en la parroquia Divina Providencia, celebrada poco después que las urnas cerraran, incluyó una oración por el pueblo, los pastores y el país completo de Guatemala, donde meses de protestas pacíficas llevaron a la renuncia de un presidente acusado de corrupción justo antes de la votación del 6 de septiembre.
“Por favor, despójanos de esta corrupción y de los líderes que nos han llevado por los caminos equivocados”, oró padre Hugo Estrada.
Una pluralidad de guatemaltecos votó en la elección por el comediante convertido en candidato Jimmy Morales, de 46 años de edad, cristiano evangélico sin experiencia política.
Morales, conocido previamente por un popular programa televisivo, ofreció pocos detalles durante su campaña.
Morales ganó el 24 por ciento de los votos en un campo de 14 candidatos y probablemente enfrente a la ex primera dama Sandra Torres en una segunda ronda electoral el 25 de octubre. Torres se divorció del entonces presidente Álvaro Colom en el 2011 para evitar las restricciones de postularse para la presidencia ese año.
Las elecciones le siguieron a la renuncia del presidente Otto Pérez Molina. Él enfrenta acusaciones de corrupción en un caso de fraude en una oficina de aduanas donde funcionarios gubernamentales, incluyendo su exvicepresidente, alegadamente aceptaron sobornos de parte de empresarios.
Muchos sacerdotes y religiosos también participaron en las protestas, aunque Alejandro Quinteros Cabrera, un analista para radio Emisoras Unidas, llamó tímida la respuesta de la jerarquía eclesiástica, con solamente un llamado indirecto a Pérez Molina a renunciar.
Otros guatemaltecos oraron por un cambio.
“Nos unimos (a los evangélicos) en un solo llamado a orar por Guatemala”, dijo el taxista Samuel Marroquín, quien asiste a una congregación de renovación carismática.
“Sabemos que siempre ha habido corrupción”, dijo Marroquín. “Pero en este gobierno era excesiva, por lo que tuvimos que ponerle fin”.
Morales prometió un gobierno limpio, que es una promesa perpetua en Guatemala, dijo padre Estrada.
“(Los políticos) llegan a un puesto público y se ven a sí mismos teniendo solamente cuatro años allí, de modo que tienen que actuar rápidamente y aprovecharse de ello”, él dijo. “Ellos se enriquecen porque no hay fiscalización y hay un mal ejemplo establecido por los que están arriba”.
En otro escándalo, un contrato para proveer atención renal en los servicios médicos estatales implicó sobornos a altos funcionarios, incluyendo personas cercanas al presidente. Por lo menos 13 pacientes murieron, según informes de prensa.