por Cindy Wooden
A BORDO DEL AVIÓN EN DONDE VIAJABA EL PAPA DE MÉXICO A ITALIA (CNS) — El Papa Francisco insistió en que construír murallas para mantener a los inmigrantes fuera del país de uno no es cristiano, mientras volaba sobre territorio texano en el avión que lo llevaría de regreso a Roma, después de haber salido de México.
En su ya acostumbrada rueda de prensa durante su vuelo del 17 de febrero, después de un viaje de seis días que terminó en la coyuntura fronteriza entre México y los Estados Unidos, le preguntaron al papa su reacción ante la propuesta del precandidato presidencial de los Estados Unidos, Donald Trump, de extender el muro a lo largo de la frontera y lo que pensaba acerca de los comentarios hechos en Fox Business Network de que el papa Francisco es una persona política y que había sido utilizado por los mexicanos.
“Aristóteles definió a la persona humana como ‘animal politicus’ (animal político); de esta manera, por lo menos soy una persona humana a los ojos de Trump, dijo el papa Francisco.
“En cuanto que si soy o no ‘peón'”, dijo el papa, eso se los dejo a ustedes, al pueblo, que ellos lo decidan”.
Pero una cosa que el papa Francisco dijo que bien sabía, era que “una persona que piensa solamente en construír murallas, en cualquier parte que sea, en lugar de construír puentes, no es cristiana”.
Y cuando le preguntaron si un católico podría votar a favor de un tal candidato en buena conciencia, el papa les respondió a los periodistas: “No me voy a mezclar en eso. Yo solamente digo que tal hombre no es cristiano si dice eso ” de construír murallas.
El papa Francisco pasó una hora contestando preguntas, incluyendo una sobre procedimientos contraceptivos en casos del virus del “Zika”. También sobre las recién publicadas cartas entre san Juan Pablo II y una mujer filósofa; sobre escándalos de abuso sexual, y sobre la reacción de los católicos de Ucrania en su declaración conjunta firmada con el patriarca ortodoxo ruso Kirill, de Moscú, el 12 de febrero en Cuba.
Un periodista le preguntó al papa que por qué había empleado la mayor parte de la semana en su estadía en México denunciado los males que plagan al país, pero que no había dicho nada del escándalo de abuso sexual por parte de algunos clérigos; en especial el caso del fallecido sacerdote Marcial Maciel Degollado, mexicano fundador de los Legionarios de Cristo, que vivió doble vida, que engendró varios hijos y abusó sexualmente de varios seminaristas.
El papa Francisco aprovechó su comentario sobre el caso del sacerdote Maciel para alabar al ahora ya jubilado papa Benedicto XVI, quien, como cardenal y prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, investigó tenazmente los alegatos e insistió en “la necesidad de limpiar la suciedad de la iglesia, la basura”.
La iglesia Católica ha hecho mucho en los últimos doce años para proteger a los menores, dijo el papa, pero el trabajo continúa. De hecho, dijo, cuando se reunió con su Consejo Internacional de Cardenales, antes de salir para su viaje, vía Cuba y México, se había decidido que la Congregación de Doctrina tuviera un nuevo secretario adjunto para vigilar las investigaciones hechas por el Vaticano en relación a alegatos de abuso por parte de clérigos.
Cuando se le preguntó qué debería de hacerse con un obispo que simplemente transfiriera a un sacerdote acusado (y hallado culpable) de una parroquia a otra, el papa Francisco dijo que tal obispo sería “un hombre sin conciencia y que lo mejor que podría hacer era presentar su renuncia al obispado. ¿Está claro?”, interrogó el papa.
El abuso sexual contra un menor cometido por un sacerdote es “una monstruosidad”, dijo.
Mientras el papa Francisco estaba en México, la organización BBC publicó una noticia sobre unas cartas antes no publicadas, atribuidas a san Juan Pablo II y a Anna-Teresa Tymieniecka, filósofa. En muchas interpretaciones de la noticia sobre las cartas hechas por los medios de comunicación se expresaban dudas de que la relación amistosa hubiera sido estrictamente platónica.
El papa Francisco dijo que la amistad entre esas dos personas no era secreto: “Yo ya sabía de la amistad entre san Juan Pablo II y la filósofa cuando yo estaba todavía en Buenos Aires.”
“Un hombre que no sabe tener una relación de amistad con una mujer; y no hablo de un misógeno, está enfermo. Bueno, es un hombre que le falta algo”, dijo el papa.
En su propia experiencia, dijo, es importante saber la opinión de una mujer cuando se toman decisiones pues “las mujeres ven las cosas de manera propia”.
Incluso para un sacerdote o un papa, dijo, “la amistad con una mujer no es pecado, es amistad. Una relación romántica con una mujer que no es la esposa de uno eso sí es pecado. ¿Se entiende?
“Pero un papa es hombre. El papa necesita la opinión de mujeres, también. Y el papa, también, tiene su corazón y puede tener una amistad saludable, santa con una mujer. Hay santos que fueron amigos: Francisco y Clara, Teresa y Juan de la Cruz… No se asusten”, les dijo el papa a los periodistas.
El papa Francisco reconoció que las amistades de los sacerdotes con mujeres todavía se ven como algo sospechoso, lo que es una vergüenza, dijo. “No hemos entendido el bien que una mujer puede hacer en la vida de un sacerdote y por la iglesia en el sentido de consejo, ayuda y amistad sana”.
Le preguntaron también al papa sobre la entrevista que concedió el arzobispo Sviatoslav Shevchuk, de Kiev-Halych, arzobispo mayor de la Iglesia Católica Ucraniana, el 13 de febrero, en la cual el arzobispo dijo que los ucranianos se sentían “profundamente a disgusto ” con motivo de la declaración conjunta (firmada en Cuba).
“Cuando leí eso, me preocupé”, dijo el papa, y explicó que ha conocido y respetado al arzobispo Shevchuk durante años.
La crítica del arzobispo me pareció “un poco extraña”, dijo, pero cuando las personas hablan sus palabras deben de ser entendidas dentro del contexto en el que la persona vive. Los ucranianos tienen la experiencia de la agresión rusa en contra de la Iglesia Católica Ucraniana y el apoyo de Rusia a favor de los separatistas que luchan en la región este de Ucrania. Tal experiencia no se puede ignorar, dijo.
“Ustedes pueden entender cómo se podrán sentir las personas que se encuentran en tal situación”, dijo el papa. El derecho del arzobispo de expresar su opinión debe respetarse, dijo el papa, “especialmente en esa situación”.