por David Agren
CIUDAD DE MÉXICO (CNS) — Dos sacerdotes fueron secuestrados y asesinados en el estado mexicano de Veracruz, aumentando a 14 el número de sacerdotes asesinados en México en menos de cuatro años.
El procurador general estatal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras dijo ante reporteros el 20 de septiembre que “las víctimas y los victimarios se conocían” y añadió que el ataque “no fue un secuestro”.
“Ellos estuvieron juntos, tomándose unos tragos, la reunión se descompuso debido al alcohol y se tornó violenta”, él dijo.
Funcionarios católicos de Veracruz rechazaron la explicación, llamándola “una salida fácil” y diciendo que esta ignoraba la realidad de un estado notorio por el crimen y la corrupción.
“Tenemos la esperanza de una investigación más profesional y cuidadosa porque esta declaración que el procurador está dando genera más dudas que respuestas al asunto del asesinato de estos dos sacerdotes”, dijo padre José Manuel Suazo Reyes, portavoz de la Arquidiócesis de Xalapa. “Me sorprende cuán rápidamente ha concluido una investigación que requiere más tiempo y cuidado”.
Padre Alejo Nabor Jiménez Juárez y padre José Alfredo Juárez de la Cruz fueron arrastrados a punta de pistola fuera de la parroquia Nuestra Señora de Fátima en Poza Rica, ciudad petrolera de la Costa del Golfo consumida por el crimen en años recientes, confirmó en un comunicado de la Diócesis de Papantla.
La prensa informó que los hombres fueron encontrados el 19 de septiembre, un día después de su secuestro, al borde de una carretera con su manos y pies atados. Ellos habrán sido golpeados y tenían heridas de bala, según las noticias.
Un chofer empleado de la parroquia también fue secuestrado, informó la prensa mexicana, pero fue encontrado ileso.
Funcionarios estatales dijeron el 20 de septiembre que cinco hombres participaron en los secuestros y que se sabía la identidad de uno de los sospechosos. Robo de fondos de la iglesia se citó como motivo, informó la entidad mediática Plumas Libres de Veracruz.
“En estos momentos de dolor, impotencia y tragedia provocada por la violencia, elevamos nuestras oraciones al cielo por el eterno descanso de estos hermanos nuestros y le imploramos al Señor la conversión de los agresores. De las autoridades esperamos la clarificación de los actos y la aplicación de los responsables”, dijo en un comunicado la conferencia episcopal mexicana.
La violencia ha impactado al clero de Veracruz anteriormente. En el 2013 dos sacerdotes de Tuxpan fueron asesinados en su parroquia.