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Con la habilidad de ‘ver’ se puede erradicar el racismo, dice el cardenal Turkson

Aryan Nations members light a cross in Maryland in this June 19, 2010, file photo. (CNS photo/Jim Lo Scalzo, EPA)

Aryan Nations members light a cross in Maryland in this June 19, 2010, file photo. (CNS photo/Jim Lo Scalzo, EPA)

por Catholic News Service

BIRMINGHAM, Alabama (CNS) – Para describir la manera en la que se puede erradicar el racismo, el cardenal Peter Turkson, de Ghana, presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, hizo una referencia, en un mensaje del 3 de marzo dirigido a la conferencia de Alabama, al saludo que utilizan los zulus.

“La curación del racismo se inicia en nuestro propio corazón. ¡Cómo se transfiguraría nuestro corazón si cada uno de nosotros aprendiésemos a saludar como lo hacen los zulus!”, dijo el cardenal Turkson en su mensaje, dirigido a la conferencia que se llevó a cabo en Birmingham los días 3 y 4 de marzo, y que denominó “Una palabra de aliento ”  para “personas de raza blanca y de raza negra de Estados Unidos: ¿Qué tan profunda es la división?”.

“Cuando las personas del grupo zulu del África del Sur se saludan, dicen ‘Sawubona’ (Te veo). Y la persona que recibe el saludo responde ‘Sikhona’ (Estoy aquí). Y la primera persona que inició el saludo termina diciendo ‘Ubuntu’, (Estamos [los dos] y por eso soy, existo)'”, dijo el cardenal Turkson.

Los efectos nocivos del racismo, por contraste, tienden a “hacer que la otra persona se vuelva invisible, y de allí se deriva la negación de la dignidad humana, seguida de la pérdida de identidad, de la desesperanza personal y por último de la desconfianza social y política”, añadió. “Se desatan luego toda clase de males, que han penetrado todas las facetas de la vida”.

Al contemplar este contraste, “se nos invita a hacer un examen de conciencia”, dijo el cardenal Turkson. Y así, nos preguntamos  “¿Con qué frecuencia ignoro a personas que son diferentes de como yo soy y no son de mi clase? ¿Con mis prejuicios se me nubla la habilidad de ver a otra persona en su totalidad con su dignidad humana íntegra? Si admitimos que hemos fallado en ver a nuestro prójimo como persona humana es el principio de la lucha a entablar para hacer que se desvanezcan los prejuicios subconscientes y el racismo interpersonal”.

El cardenal Turkson utilizó también citas de escritos de dos papas, de obispos de EEUU, de un expresidente y hasta una canción de Broadway para pulir su mensaje.

Citó la encíclica del papa Benedicto XVI “Deus Caritas Est” (“Dios es amor “), en la que el ahora pontífice jubilado dijo que “el programa de Jesús es ‘un corazón con vista’. Este corazón ve en donde se necesite el amor y actúa en forma acordada”.

“El amor, dice el papa Francisco, los atrae de nuevo”, añadió el cardenal Turkson, citando unos comentarios que el actual papa hizo durante la celebración del décimo aniversario de la encíclica “Deus Caritas Est” (Dios es amor): “De la caridad aprendemos cómo ser hermanos y hermanas del mundo. ‘Ubi amor, ibi oculus’ (Allí donde está el amor, allí hay vista), decían en la época medieval”.

“Hace casi 30 años, los obispos católicos de los Estados Unidos declararon: ‘El racismo no es solamente un pecado entre otros muchos; sino, más bien, es un mal radical que divide a la familia humana y niega la nueva creación de un mundo redimido. Una lucha en contra de todo esto significa una transformación radical igual, en nuestra mente, en nuestro corazón como también en las estructuras sociales'”.

Así que decimos que los niños “aceptan fácilmente las diferencias”, pero que también “se les puede enseñar a odiar”, dijo el cardenal, citando “las terribles palabras” de una canción de la pieza teatral musical “South Pacific” (Pacífico Sur) sobre el tema de inculcar el racismo: “¡A uno lo deben de enseñar antes de que sea demasiado tarde; antes de llegar a la edad de seis, siete u ocho años, lo deben de enseñar a odiar a todo mundo a quienes nuestros familiares odian, a uno lo deben de enseñar con mucho cuidado!”

Y volviendo a su propia voz, el cardenal Turkson dijo: “Por medio del racismo se excluye a las víctimas de los recursos básicos que necesitan, como una vivienda decente, buena educación, trabajo para todos los que pueden trabajar, cuidado de menores y de gente de edad avanzada”.

Y luego citó a Abraham Lincoln, en su Segundo Discurso inaugural, cuando dijo “Se lamentó tan elocuentemente ‘de toda la riqueza apilada por los prestamistas durante 250 años de trabajo forzado desigual'”.

“Los invito a que trabajemos para destruír las barreras personales y sistemáticas del racismo que no nos permiten ‘ver’ a nuestros hermanos y hermanas, a quienes Dios ha creado a su imagen y semejanza”, dijo el cardenal Turkson.

Entre los asistentes se podía distinguir: al arzobispo Anthony Obinna, de Owerri, Nigeria, y al obispo Robert J. Baker, de Birmingham. De entre los oradores se destacaron: el arzobispo Owerri; el obispo Edward K. Braxton, de Belleville, Illinois; el alcalde William Bell, de Birmingham  y el alcalde Joseph Riley Jr. de Charleston, South Carolina; más el fiscal general de Alabama Luther Strange.

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