The Christmas tree is seen as Pope Francis leads the Angelus prayer from the window of his studio overlooking St. Peter’s Square at the Vatican Dec. 2. The pope lit an Advent candle as he launched the Christmas campaign, “Candles for Peace in Syria,” an initiative of Aid to the Church in Need. (CNS photo/Giuseppe Lami, EPA)
por Junno Arocho Esteves
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La temporada de Adviento es para preparar la venida del príncipe de la paz y no para hacerle guerra a los que están a tu alrededor, dijo el papa Francisco.
Mientras los cristianos se preparan para celebrar el nacimiento de Jesús, ellos tienen que reflexionar sobre lo que hacen en sus vidas diarias para hacerse “artesanos de la paz”, dijo el papa durante la homilía de su Misa matutina del 4 de diciembre en la Casa Santa Marta.
“¿Qué hago para ayudar a la paz en el mundo?”, preguntó. “¿Hago siempre alguna excusa para hacer guerra, para odiar, para hablar de los demás? ¡Eso es guerra! ¿Soy manso? ¿Trato de construir puentes?”.
El papa reflexionó durante su homilía sobre la lectura del día del profeta Isaías donde él profetiza un tiempo de paz después de la venida del Mesías.
“Entonces ‘el lobo habitará con el cordero, el puma se acostará junto al cabrito, el ternero comerá al lado del león y un niño chiquito los cuidará'”, escribe Isaías.
El papa Francisco dijo que aunque esta visión de Isaías aparece con cierto “encanto rústico”, la bella imagen encierra el poder de Cristo de traer una paz que puede cambiar vidas.
“Muchas veces no estamos en paz, sino ansiosos, sin esperanza”, él dijo. “Estamos acostumbrados a mirar el alma de otras personas, pero uno tiene mirar su propia alma”.
Los cristianos también tienen que procurar edificar la paz dentro de la familia porque “hay tanta tristeza en las familias, muchas luchas, muchas guerras pequeñas, tanta desunión a veces” dentro la familia y en el mundo, dijo.
“Que el señor prepare nuestros corazones para la Navidad del príncipe de la paz” preparando a todos para hacer su parte: “pacificar mi corazón, mi alma, pacificar mi familia, escuela, vecindario y lugar de trabajo” y hacernos “hombres y mujeres de paz”, dijo el papa.
