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El mundo debe de responder al genocidio cometido por el pseudoestado islámico, se dice en conferencia de las Naciones Unidas

Bishop Joseph Danlami Bagobiri of Kafanchan, Nigeria, speaks during a conference addressing the persecution of Christians and other minorities in the Middle East and Africa at the United Nations April 28. The Vatican mission to the U.N. was a co-sponsor of the conference. (CNS photo/Gregory A. Shemitz)

Bishop Joseph Danlami Bagobiri of Kafanchan, Nigeria, speaks during a conference addressing the persecution of Christians and other minorities in the Middle East and Africa at the United Nations April 28. The Vatican mission to the U.N. was a co-sponsor of the conference. (CNS photo/Gregory A. Shemitz)

por Daphnie Vega

NACIONES UNIDAS (CNS) — Carl Anderson,  director ejecutivo de los Caballeros de Colón, y otros dignatarios hicieron un llamado a la acción ante las Naciones Unidas, en estos tiempos que vivimos en los que se asedia la libertad religiosa en la mayor parte del Medio Oriente y la guerra civil en Siria parece no tener fin.

El papel que juegan las Naciones Unidas es crucial para asegurar el futuro de la región, especialmente para evitar que la gente sea torturada, secuestrada y asesinada debido a sus creencias religiosas, dijo Anderson durante una conferencia, llevada a cabo el 28 de abril y que duró todo un día.

La presentación de Anderson se escuchó durante una de las tres discusiones de grupo en la conferencia que fue auspiciada por el departamento del observador permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas y organizaciones como “En  defensa de cristianos” y otras más cuyo trabajo se enfoca en contra de los abusos de derechos humanos en el Medio Oriente.

Entre los presentes a la conferencia se encontraban personas que habían experimentado atrocidades o habían sido testigos de ellas, cometidas en contra de grupos religiosos minoritarios.

Los puntos a estudiar de la agenda fueron sumamente delicados y el observador permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas, Bernardito Auza, fue el que inició las sesiones.

En un informe de 278 páginas, presentado en marzo al secretario de estado, John Kerry y redactado por los Caballeros de Colón, junto con el grupo denominado “En defensa de cristianos”, se delineaba perfectamente la alusión a “genocidio” que el pseudoestado islamita practica en contra de grupos religiosos minoritarios. En su contenido se enfocan principalmente las condiciones de los cristianos que han sido asesinados o esas comunidades de la localidad que han sido desplazadas de su respectivo hogar o de la región.

El 17 de marzo, Kerry calificó las acciones del pseudoestado islamita como genocidio, pero en los Estados Unidos todavía no se ofrece un plan que responda a estas acciones de lesa humanidad.

Según cálculo de las Naciones Unidas, cerca de 22.1 millones de personas, más de la mitad de la población siria anterior a la guerra, se encuentran en urgentísima necesidad de asistencia humanitaria. Cuatro millones de refugiados sirios viven fuera de su patria. Las organizaciones de derechos humanos calculan que, en general, por lo menos, 8 millones de personas han sido desplazadas en la región.

Anderson mencionó las amenazas que el pseudoestado islamita ha publicado en su revista “Dabiq”, en donde se especifica lo que el grupo ha llamado “Ejército de cruzados ” de occidente. Tales amenazas no solamente se han hecho realidad en muchas partes del Medio Oriente sino que también han destruido la vida de hombres, mujeres y niños inocentes, dijo.

Los Caballeros de Colón han reunido más de $10.5 millones de ayuda, desde el 2014, en asociación con diócesis y organizaciones religiosas, a fin de ofrecerles a las víctimas algo de comida, ropa, techo, educación y atención médica, dijo.

Anderson concluyó su presentación con una propuesta ante las Naciones Unidas para que se tome acción legal en contra del pseudoestado islamita y otros grupos terroristas para evitar la desaparición de comunidades de larga tradición y autóctonas del Medio Oriente. Y su llamado fue de castigo en contra de los perpetradores. Además, abogó por el establecimiento de normas internacionales de justicia, igualdad, conforme el espíritu de la ley y libertad religiosa.

La hermana María de Guadalupe Rodrigo, que pertenece a la congregación del Verbo Encarnado y que ha pasado 18 años en el Medio Oriente en calidad de misionera, habló acerca de sus experiencias que ha vivido en la ciudad de Aleppo, Siria, mayor campo de batalla de la guerra civil.

“Recuerdo los primeros dos meses de iniciación de la lucha, todos nos quedábamos dentro de la casa”, dijo. “Había explosiones constantes y tiros de proyectiles. No se podía conciliar el sueño. Y sin embargo, esas semanas se volvieron meses y los meses años… “.

La hermana María de Guadalupe describió cómo los niños jugaban en las calles colectando balas y cómo las intercambiaban unos con otros, pues no tenían otra cosa con qué jugar. Los niños no deberían estar preocupados por la seguridad, pero en lo único que pensaban era precisamente la seguridad, dijo.

Una jovencita, que había sido capturada y torturada por miembros de “ISIS”, también les dirigió la palabra a los presentes a la conferencia. Samia Sleman, que tiene 15 años de edad, originaria de Hardan, Irak, población situada al norte del monte Sinjar, presentó un discurso cargado de emoción, narrando su cautiverio. Samia pertenece al grupo minoritario de los Yazidis y pasó seis meses secuestrada, junto con otras muchachas, a quienes se les mantenía en perpetua hambre, que eran violadas y después vendidas a otros integrantes del pseudoestado islamita.

Sleman llamó la atención de los presentes hacia tantas muchachas a quienes miembros del pseudoestado islamita han convertido en esclavas de sexo, en tanto que su madres respectivas eran asesinadas por ser “demasiado viejas”. Algunas de las muchachas esclavizadas no pasan de los 7 u 8 años de edad, dijo.

A pesar de las horribles acciones de los que fueron sus captores, Sleman, cuya familia permanece todavía presa, habló a su nombre ante las Naciones Unidas para que éstas y los gobiernos del mundo tomen acción rápida y le pongan fin al genocidio que en estos momentos se lleva a cabo.

En otra de las sesiones, Jacqueline Isaac, vicepresidenta de una organización del sur de California, llamada “Roads of Success” (Rutas de éxito), refiriéndose al atropello de los derechos humanos en el Medio Oriente se hizo la siguiente pregunta retórica: “¿Mundo? ¿En dónde está el mundo?”.

Las víctimas sacrificadas por “ISIS” no representan cifras, números; no, son seres humanos, dijo, y muchas personas que asistían a la conferencia se pusieron de pie y rompieron en aplausos.

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